HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER
Historias contadas con 2 dedos 151 la guerra con Chile; ahora con inglaterra. ¿Y después…?” Todos argu- mentaban: “Para hacer una guerra contra los ingleses, primero se debe arreglar los problemas de casa, deben saber quiénes los apoyarán en el campo internacional, deben poseer una industria militar poderosa. Lo que están haciendo es enviar gente al suicidio». ● ● ● Nunca faltaba alguien que intentara explicar que “los Estados Unidos apoyarán a la Argentina y evitarán la guerra pues el gobierno militar mantiene ahora muy buenas relaciones con la administración nortea- mericana pues se ha comprometido a actuar como gendarme ideológico dentro de América Latina”. A lo que respondía, inexorablemente, una argumentación mucho más realista: “¿Les parece que los Estados Uni- dos, en momentos en que tienen que negociar con la URSS un nuevo plan de desarme, van a querer problemas con sus aliados de la OTAN? Eso es infantil”. otros suponían que la ayuda militar para argentina podía venir por el lado de la Unión Soviética. Para cualquier atento observador de la política internacional, esa posibilidad era totalmente descartable. Además de las razones de orden mundial que impone la coexistencia, los soviéticos ya habían fijado su posición al no imponer su derecho a veto en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con lo cual posibilitaron una resolución desfavorable para nuestro país. Seguramente, tuvieron en cuenta la necesidad de no sentar un prece- dente en lo que hace a la recuperación de hecho de la soberanía que podía ser usado en su contra en casos pendientes, como el de Mongolia y zonas reivindicadas por China o en el caso de las islas Kuriles. Los acuerdos de Yalta pueden ser cuestionados pero de ninguna manera ignorados pues representan una realidad insoslayable. Configuraron «áreas de influencia» que deberán subsistir mientras no se logre el ob- jetivo del desarme y que, aunque parcialmente se vayan modificando a medida que se desarrollan en la humanidad nuevas tendencias de paz y de desarrollo, son las que permiten hasta ahora la coexistencia pací- fica. Para los periodistas de todo el mundo acreditados en Roma, así como Estados Unidos no violó el código de la coexistencia cuando la URSS intervino en Afganistán, ésta tampoco lo haría nunca en un conflicto
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