HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER

Juan Carlos Bataller 176 se apasionaba por otros temas que nada tenían que ver con la ciencia. ● ● ● a sí me enteré que había nacido en un pequeño pueblo en el desierto de Nevada, que con el tiempo Ilegaría a ser visitado por 37 millones de tu- ristas cada año, Las Vegas. Supe también que había servido seis años en el ejército de los Estados Unidos, entrenado como comando y avanzado suboficial. Me contó, además que fue aviador comercial en exploración para uranio y transporte de pasajeros y cargas, en aviones de la segunda guerra mundial. Y como si estas historias fueran poca cosa, recibido de geólogo en la Universidad de Brigham Young, un día vino a Argentina como misio- nero mormón y entró a trabajar en YPF en Luján de Cuyo. ● ● ● Fue así como conoció a su “sanjuanina del alma”, la albardonera Né- lida Salinas, con quien formó un hogar que le dio cuatro hijos y doce nietos. Vuelto a los Estados Unidos cursó estudios avanzados, becado por la Universidad de Harvard, donde recibió el master y el doctorado en Ge- ología y Biología, con especialidad en paleontología de vertebrados. Continuó su especialización en Inglaterra, Alemania, Israel, Egipto y Sudáfrica, a la vez que realizaba expediciones en Kenya, Venezuela y Brasil. Tras esto se instaló nuevamente en los Estados Unidos como pro- fesor e investigador en la Universidad de Yale, donde también sirvió como asesor de Parques Nacionales para creación de zonas protegidas en los Estados Unidos. ● ● ● Pero igual que una albardonera se le metió en el alma, un lugar le daría otro sentido a su vida: el Valle de la Luna. Sí, el destino estaba escrito que William tenía que volver a San Juan. Y lo hizo en 1969. Renunció como profesor de la prestigiosa Universidad de Yale y se

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